Noticias última hora

ahhhh!

depsues nos cuentas la impresion que tuviste Neny... :p
jajaja

cuiddate mucho !..
saludos

Me hizo sonreir por primera vez en el día .

Cuídate también Sofía!!

Besitoooos!

uff.. fue un dia dificil por lo visto jeje..

Saludos!..

Esta bellos Rogi.

ROGER FEDERER FUE GALARDONADO CON TRES DE LOS PREMIOS QUE REPARTE LA ATP

Triplete del número 1

Roger Federer fue homenajeado en la Pista Central del Indian Wells Tennis Garden. El suizo recibió de manos de Adam Helfant, Director Ejecutivo y Presidente de ATP, los galardones que le reconocen como Jugador del Año 2009, Favorito de los Fans del Año, y el Tenista con mejor Comportamiento Deportivo.

"Me gustaría agradecer este premio a todos los fans que votaron por mí", dijo Federer, que recibió el galardón de favorito del público por séptimo año consecutivo. "Ustedes son impresionantes. Gracias. Y como ya saben, me hacen más llevadero los viajes que uno hace por todo el mundo entre enero y noviembre".

El suizo, de 28 años, también agradeció que lo eligieran como deportista del año, algo que ya festejó en los cinco años anteriores. "Es difícil de creer", dijo durante la ceremonia. “Obviamente el tenis es bastante particular por sus reglas y las conductas de los jugadores dentro de la pista, pero el premio a la Deportitividad Stefan Edberg, quien fue mi ídolo, es muy reconfortante. Aprecio los votos de los jugadores y espero poder mantener una buena imagen de fair play y espírutu de competencia".

El estadounidense John Isner también recibió su trofeo como la Revelación del Año, en una temporada 2009 donde subió desde el puesto 145 hasta el 34 del ranking ATP.




Enhorabuena Roger, eres el amo y eres un deportista único.

Un saludo.

uyy que emotivas sus palabras!!
Me gusto la de : "Ustedes son impresionantes. Gracias. Y como ya saben, me hacen más llevadero los viajes que uno hace por todo el mundo entre enero y noviembre".

Le adorooo!! que tipazo.

Fuerza Roger!!

Gracias Eva por la nota,

Saludos!

Los 3 premios!!!se merece todos los que le den,es el MEJOR!!

Otra buena noticia relacionada con nuestro chico, en esta ocasion Roger a sido nominado miembro de la asosciacion de tenis Suiza, esto es un echo historico ya que es la primera vez que en sus 114 años de historia pertenece a ella un atleta aun en activo, como Roger no puede estar por motivos de trabajo en Bern, sera su abuelo el que recoja en su lugar tan honorable distincion.

Enhorabuena Roger.


ROGER BECOMES AN HONORARY MEMBER OF SWISS TENNIS


Roger was appointed as an honorary member of the Swiss Tennis Association on Saturday in Bern (Switzerland) at Swiss Tennis' 115th delegates meeting. For the first time in its 114 years, the Swiss association honoured an active athlete. Since Roger is currently in the United States, his godfather Arthur Dubach collected the award in his place. "I am proud to receive this award today on behalf of my godchild. The nomination as an honorary member is a great honour to Roger and he would like to the Central Committee as well as the delegates of Swiss Tennis for this award."


Un saludo.

Roger entre los 100 personalidades mas influyentes del Mundo segun la revista Time.

Bueno nuestro chico suizo figura en la lista que anualmente confecciona la prestigiosa revista time, Roger figura concretamente en la posicion nº 35 de la lista pero aun tiene tiempo de suibir en la misma porque aun se puede votar por él, es muy sencillo pinchas en el nombre y te saldra la ficha del mismo con una fotografia y una pequeña descripcion ademas hay una pequeña barra donde se mide el nivel de influencia que puede tener esta hay tres varemos 0, 50 o 100 y solo hay que mover el cursor hasta el porcentaje deseado una vez echo esto se mete un pequeño codigo y el voto queda reflejado.


Para votar solo pinhar aqui.

http://www.time.com/time/specials/packages/article/0,28804,1972075_1976159_1976160,00.html

Se puede votar todas las veces que se quiera, jejej.

Un saludo.

Uh que bueno, gracias por el dato Eva!
Este mi Roger esta en todas.

Saludos

Ya le voté

Bienvenida de nuevo !!!!

ohhh
muchas gracias Neny!


saludos cordiales

lastima que en el sitio oficial esta todo en ingles y no entiendo nada je

Bueno,, Roger a sido elegido de vuelta por Forbes Celebrity 100.
Les dejo el articulo publicado,
Congrats Rogelio!!!

Saludos

Roger otra vez esta en la revista de Forbes, se encuentra en el puesto 29. La clasificación anual de los famosos más poderosos en películas, televisión, deportes e industria editorial. Los factores que son tenidos en cuenta son el ingreso, clips de prensa y tapas de revista.

Oprah Winfrey encabeza sobre la lista con Beyonce Knowles en el segundo plano. Roger se encuentra entre LeBron James y Brad Pitt.
http://www.forbes.com/lists/2010/53/celeb-100-10_Roger-Federer_SWSL.html

Roger publico esto en su web.

Saludos.
Dear Fans

I've been looking to add someone to my team and I've decided to spend some days with Paul Annacone. As Paul winds down his responsibilities working for the Lawn Tennis Association, we will explore our relationship through this test period. Paul will work alongside my existing team and I am excited to learn from his experiences.

See you soon

Roger

No conozco al person, pero si Roger lo decidio, es por algo y ojala le traiga cosas buenas.

saludos!

Bueno pues hay nuevas buenas en la carrera profesional de Roger y me parece un paso necesario para recuperar su confianza y sobre todo su juego, Roger se ha dado cuenta de que tiene un problema y aunque de momento es un paso provisional me parece de lo mas acertado el recurrir a los servicios del ex entrenador del gran Pete Sampras Paul Annacone, hojala les vaya bien y sea una relacion duradera y sobre todo frutifera para ambos.

Aqui la noticia:

Fuente reuters

Federer intenta recuperar el nivel de la mano de Paul Annacone
mar 27 jul 09:12:00 2010

El tenista suizo Roger Federer trabajará con Paul Annacone, ex entrenador de Pete Sampras, durante un "período de prueba", en un intento de recuperar su faceta ganadora.

Hace apenas tres meses, Federer, ganador de un récord de 16 torneos de Grand Slam, era el número uno del mundo y el campeón de tres de los cuatro torneos "grandes".

Pero después de sufrir un triple revés en la temporada europea al ser eliminado de Roland Garros en cuartos de final, perder el número uno y no poder alcanzar la final en Wimbledon por primera vez desde 2002, el suizo ha decidido aceptar algo de ayuda externa.

"He estado intentando añadir a alguien en mi equipo y he decidido pasar algunos días con Paul Annacone", dijo el actual número tres de la ATP en su página web (www.rogerfederer.com).

"Mientras Paul reduce las responsabilidades en su trabajo para la Lawn Tennis Association (asociación británica), exploraremos nuestra relación en este período de prueba. Paul trabajará junto a mi actual equipo y estoy emocionado por aprender de esta experiencia", agregó.

Federer, considerado por muchos como el mejor tenista de la historia, había evitado una ayuda a tiempo completo desde que dejó de trabajar con el entrenador sueco Peter Lundgren, seis meses después de ganar su primer título de Grand Slam en Wimbledon en 2003.

Darren Cahill, José Higueras y Tony Roche han trabajado con el suizo de manera temporal.

Lo que no está claro es qué podrá enseñarle Annacone a un tenista que ya controla todos los golpes y que tiene talento de sobra.

Bajo la tutela del entrenador de 47 años, Sampras ganó nueve de sus 14 títulos en torneos de Grand Slam, por lo que Federer espera que el estadounidense lo inspire para ir en busca de más gloria. El suizo no ha conseguido una corona desde que ganó el Abierto de Australia en enero.

Federer suma seis títulos en Wimbledon, un Roland Garros, cinco trofeos del Abierto de Estados Unidos y cuatro del Abierto de Australia.

El tenista nacido en Basilea jugó 23 semifinales consecutivas en torneos de Grand Slam antes de perder con el sueco Robin Soderling en los cuartos de Roland Garros. Además, ha bajado hasta el puesto número tres del mundo por primera vez en siete años.

Federer, de 28 años, tiene programado volver a las pistas en Toronto en agosto, después de haberse tomado un receso de un mes alejado del circuito de la ATP.


Un saludo.

Lo publique en otro post.
es una buenisima noticia, esto quiere decir que Rogelio se da cuenta de que hay cosas que mejorar.

Ojala salgan buenisimos resultados, bien por ellos.

Saludos

Al fin , era necesario un coach

ATP Champions Tour: Lendl vuelve a las pistas
Escrito el 3 de Agosto de 2010 por Nicolas Dovat en Noticias | Sin Comentarios »



El checo-estadounidense Ivan Lendl, ex número uno del mundo y ganador de ocho títulos Grand Slam, reaparecerá en las pistas en octubre tras 16 años de marginación. Su nuevo debut en el ATP Champions Tour, donde juegan los mejores retirados, será en París. Sumerjámonos en este particular circuito…

Linda sorpresa le dio el tenis Ivan Lendl, uno de los fenómenos tenísticos más aclamados de todos los tiempos. Su vuelta a las pistas tras 16 años de ausencias es noticia en todos lados, aunque no pasa de ser una anécdota del momento. Mañana, o tal vez pasado, los tenófilos seguirán hablando del mal momento de Andy Murray, si Rafa Nadal está para ganar su primer US Open, la vuelta de Del Potro…¿y las viejas glorias? Los que supieron ser reyes también juegan al tenis profesionalmente. Usted, como yo, probablemente lo sepa, pero no está del todo interiorizado en este circuito llamado ATP Champions Tour.



Mientras Lendl recuerda su potente golpe y saca de los cajones sus manuales científicos, el público parisino se prepara para otro torneo de lujo con los tenistas que en algún momento supieron brillar. Patrick Rafter, Michael Chang, Félix Mantilla, John McEnroe, Marcelo Ríos, Pete Sampras, Thomas Muster, Tim Henman y Cédric Pioline son algunos de los que participan contínuamente de los 10 o más torneos que cada año se organizan en el ATP Champions Tour. Los mejores pasan al evento final, el Masters en el Royal Albert Hall de Londres.

Para participar en este itinerario no alcanza con ser un tenista retirado. Los múltiples -pero no excluyentes- requisitos que se necesitan para ser parte de esta atmósfera hacen de este circuito un lugar VIP donde siempre se ven las mismas caras. A Lendl, por ejemplo, le sobra historial, por lo que habrá ingresado con tan solo una llamada telefónica al organizador. ¿Qué se necesita para ser parte de la vieja elite? Si fuistéis número uno en del Ranking ATP, si llegastéis a una final de Grand Slam o si ganastéis la Copa Davis, nadie te cerrará las puertas de Paris, Barcelona, Bogotá, Zurich, Delray Beach, San Pablo, Algarve, Londres y el resto de las ciudades donde haya un campeonato de los mejores de todos los tiempos.

El último ganador de Paris, el sueco Thomas Enqvist, es una muestra clara de que a los 36 años aún se está en edad para levantar trofeos. Pero, ¿cómo hará Lendl con 50? Si Edberg pudo con 44 y hay vetaranos que juegan la “Lourie World Cup” con más de 80, seguro que el checo nacionalizado estadounidense no tendrá problema. Eso sí, deberá practicar para ponerse en forma, porque jugar un partido a tres sets no es moco de pavo. Tal vez le sirva como motivación su lujoso currículum: 19 finales de Grand Slam (record), ocho títulos de Grand Slam, ocho finales consecutivas en el US Open y cuatro en Roland Garros, número uno por al menos tres años consecutivos, 1071 victorias, y cinco títulos de Masters (record con Sampras).




Mensaje de un viejo y futuro rival

“Disputamos grandes partidos pero hace mucho tiempo que está fuera de competencia, más de 15 años, por lo que deberíamos hablar algunas cosas, dentro y fuera de la pista”, dijo, según BBC News, el controversial John McEnroe, otro ex número uno que en su etapa de profesional fue víctima del intenso juego de Lendl. Y agregó, como agregándole azúcar al asunto: “Sé que ha estado trabajando el último año para estar en forma, porque no se hace fácil jugar cuando uno envejece. Pero no hay duda que dejará todo”.

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Roger Federer, los últimos capítulos de un superhéroe

El mejor tenista de todos los tiempos es también un hombre de gran espíritu humanitario. Con su carrera ya enfocada en las etapas finales, el suizo reparte sus energías entre la fundación solidaria, su familia y seguir siendo un ejemplo.


Habrá que descubrir el verde paisaje entre agricultores y ganaderos, a los pies de los Alpes suizos, cual si fuera un óleo de Claude Monet, para comenzar a comprender por qué Roger Federer es como es. La discreción es una condición helvética, una filosofía. Más allá de la acusación de custodiar lingotes de oro alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, Suiza, en general, permaneció al margen de conflictos, con neutralidad, buscando el consenso, aferrada al poder de su cultura y al secreto de su estabilidad bancaria. En Basilea, en el noroeste del país, la concepción es la misma, claro, por más que uno de sus hijos predilectos sea el mejor de la historia en el arte de las raquetas. En la ciudad, a orillas del Rin, resulta una faena prácticamente absurda hallar una calle, un monolito o al menos una plaqueta que haga alarde de dicha bondad. Dicen que los lugareños se encogen de hombros cuando los turistas indagan acerca del hogar de Federer o la escuela donde cursó el primario. Allí, ni se les ocurre comercializar la imagen del maravilloso tenista, por estos días N° 3 del circuito por primera vez desde 2003. Están acostumbrados a vanagloriarse con la algarabía de su carnaval, la trascendencia de su industria farmacéutica o la celebridad de sus arquitectos, matemáticos y cineastas. Sin embargo, Federer rompió los moldes.
Robert, el padre de Roger, creció en Berneck, un pueblo de no más de 3500 habitantes, con dialecto alemán, sumido en un valle. Hijo de un obrero textil y un ama de casa, a los 20 años procuró independizarse y continuó el curso del Rin hasta llegar a Basilea, donde obtuvo trabajo en el laboratorio Ciba-Geigy. Tras un puñado de años, Robert decidió emigrar y, entre otros motivos, producto de las facilidades para conseguir el visado sudafricano, en 1970 se instaló en una de las sedes que la compañía farmacéutica poseía en Kempton Park, un suburbio vecino de Johannesburgo. Una tarde, en la cafetería de la empresa, el muchacho de estatura baja y abdomen fornido quedó encandilado por Lynette Du Rand, una adolescente sudafricana que trabajaba como secretaria. Calmo, pero muy chispeante, al tiempo Robert enamoró a la joven. Juntos, sin que el régimen del apartheid los afectara, vivieron momentos de felicidad, de plenitud. Eran aficionados a los deportes; incluso, solían jugar al tenis en el Club Suizo de Johannesburgo, pese a que ella prefería el hockey sobre césped. En 1973, impulsados por una suerte de hábito nómada de Robert, viajaron a Basilea; allí se casaron y en 1979 nació Diana. Veinte meses más tarde, en la mañana del 8 de agosto de 1981, en el Hospital Cantonal de la ciudad Lynette dio a luz un varón al que llamaron Roger pensando que sería fácil pronunciarlo en inglés.
Un pequeño demonio
La familia de Federer era de clase media. Vivía en una casa modesta, con jardín, en Münchenstein, un barrio periférico de Basilea. Roger, de niño y también en la adolescencia, poco tuvo de esa personalidad principesca que se le pondera hoy. Era muy impulsivo, poco racional. "Cuando no le gustaba algo podía ser agresivo. No podía perder, ni siquiera en los juegos de mesa. Revoleó el tablero en la sala unas cien veces", ha rememorado sonriente el padre. Tampoco le gustaba levantarse temprano ni hacer la tarea del colegio; le costaba concentrarse en clase. Y su hermana, Diana, era víctima frecuente de las travesuras. Sólo lo entretenían los deportes. Jugaba con encanto al fútbol, al basquetbol (Michael Jordan era su ídolo), y se destacó en el hockey sobre hielo, llegando a integrar un seleccionado junior. Claro, además jugaba al tenis, actividad a la que se dedicó de lleno a partir de los 12 años. Durante esos tiempos, se pasaba decenas de horas frente a la TV, atento a los golpes de su referente, el alemán Boris Becker.
Pero, más allá de estar en el ámbito que él mismo había escogido, Roger siguió teniendo un estilo difícil, muchas veces indisciplinado. "Era un chico hiperactivo. Siempre gritaba, hacía bromas... Su buen humor contagiaba a todos, pero recuerdo que arrojaba mucho la raqueta y perdía el control -y se le imponían castigos-. Era poco puntual: llegaba tarde a las prácticas, y había que empujarlo para que se entrenara, porque no era demasiado trabajador y se cansaba rápido; los ejercicios los hacía con más facilidad que otros", describió Paul Dorochenko -uno de los primeros preparadores físicos que moldeó el cuerpo de Federer- en el portal swissinfo.ch .
Preocupados por el comportamiento, Robert y Lynette adoptaron una decisión que finalmente sería acertada: a los 17 años, Roger acudió a un psicólogo deportivo que, en verdad, lo ayudó a controlarse y pasó casi de un extremo a otro, de un carácter explosivo a una compostura señorial. De todos modos, ello no impidió que a lo largo de su carrera Federer volviera a exhibir, aunque con cuentagotas, pizcas de su antigua irascibilidad.
Más allá de la elegante capacidad corporal para manipular a sus rivales, del apabullante sentido de anticipación y lectura del juego, y de la milimétrica exactitud para golpear la pelota, características que lo transformaron en el mejor, Federer intenta escaparle a la condición de estrella. Nunca estuvo envuelto en escándalos similares a los de su amigo Tiger Woods. No fue sospechado por apuestas ilegales ni por doping. Durante los días de certámenes no utiliza chofer; en el último Abierto de Australia, por ejemplo, él mismo conducía, del Melbourne Park a su hotel, una camioneta prestada por la organización. Tampoco está casado con una actriz voluptuosa o una supermodelo de piernas interminables. Durante los Juegos Olímpicos de Sydney, en 2000, Roger, con 19 años, conoció a Mirka Vavrinec, tres años mayor que él, nacida en Eslovaquia y nacionalizada suiza, que llegó a ser 76ª en el circuito de tenis. Ocho años y unos meses después de aquel primer beso, se casaron; la boda fue en secreto y con invitaciones para unos pocos familiares y amigos, "en un precioso día de primavera", según el propio tenista. En julio del año pasado nacieron sus hijas, las mellizas Myla Rose y Charlene Riva. Mirka acompaña a Rotschi -como llama a su esposo- a la mayoría de los torneos y dice que sólo soporta "tanto tenis" porque ella supo conocerlo desde su interior. "No creo que muchas mujeres lo toleraran. Pero mi tiempo vendrá después del tenis; lo sé."
Mirka está en todos los detalles de su marido; desde la relación con los auspiciantes hasta su estética. También, desde hace unos años, lo arrastra hasta la peluquería; el tenista hoy luce un cabello corto y arreglado, pero antes lo exhibía largo, desaliñado y atado con gomitas de colores. Ella también le contagió el gusto por la moda: antes, Federer odiaba vestir de traje y se resistía a los eventos de alfombra roja. En la actualidad, sin embargo, Roger está mucho más pendiente de las prendas que lleva; Trudi Götz, referente de la moda suiza, invita a la pareja todos los años a desfiles en Milán, e incluso Anna Wintour, temible editora de la versión estadounidense de la revista Vogue, es amiga de ambos. A fines de cada temporada, Federer se reúne con diseñadores de Nike, la indumentaria que lo viste, para estudiar y opinar sobre los futuros cortes y colores.
Sabores, voluntades y después...
Durante su adolescencia, Federer atravesó por una etapa vegetarianismo hasta que su coach lo forzó a probar distintos cortes de carne. Con el tiempo, de vacaciones en Tailandia junto con Mirka, descubrió los mariscos y los pescados. Pero confesó haberla pasado "bastante mal" siendo vegetariano, sobre todo en los torneos juniors, donde la variedad gastronómica no abundaba. Hoy es adepto de la comida italiana y la japonesa; también de la suiza, obviamente: la fondue, el rösti (papas freídas con manteca) y el raclette (queso pasteurizado con leche cruda de vaca). Aunque el chocolate blanco lo envicia. Si pudiera, a Roger le gustaría ser músico por un día; toca el piano y baila, según él, "no tan mal". Escucha rock (Metallica, AC/DC), y lo atemoriza la idea de hacer paracaidismo o puenting (deporte extremo en el que uno se lanza desde un puente atado por la cintura con una cuerda elástica). Se afeita todas las mañanas, y no tiene tatuajes ni piercings. Le atrae leer revistas de National Geographic, como también ver películas de James Bond, o con Johnny Depp o Sharon Stone. Ama el calor de Dubai, donde vive junto con su familia durante gran parte del año; cuando no está en el emirato, las montañas suizas o las islas Maldivas lo amparan. En su sitio web ( www.rogerfederer.com ) recibe visitas de todo el planeta. Es fanático del fútbol, admiró al francés Zinedine Zidane y, como hincha del Basilea, varias veces se dio el gusto de participar de picaditos con el grupo de jugadores. Julio Rossi, futbolista marplatense que actuó durante varios años en Basilea y conoció a Roger, contó: "Es un pibe simple, un ejemplo; nunca una palabra de más; jamás se lo vio en boliches. Debe salir, como todos, pero se cuida. Supe que prefiere jugar a las cartas con sus amigos".
El propio Boris Becker, incluso, lo elogió: "Es una persona espectacular, inteligente, culto, siempre está relajado, habla fluidamente varios idiomas (suizo-alemán, francés, inglés e italiano). Es el mejor embajador que existe para el tenis".
Pero la magia de la personalidad de Federer no sucumbe allí. Su curiosidad va más allá, sobre todo en estos días en que su juego parece haber perdido la perfección de aquellas jornadas encantadoras e indefectiblemente, por cuestiones biológicas, los últimos raquetazos serios de su carrera comienzan a acercarse.
Aunque la política no le interesa demasiado, a Federer lo conmueve Nelson Mandela y en 2003 creó una fundación con el objetivo de ayudar a los niños pobres de Sudáfrica, país donde creció su madre. Es Embajador de Buena Voluntad de Unicef desde 2006; fue galardonado con el Premio Humanitario Arthur Ashe por su comportamiento, y hasta tiene un sello postal con su rostro, pero su compromiso supera cualquier distinción: él, en persona, sin desconfianza ni temor a las epidemias, durante etapas de vacaciones viaja a países como Etiopía, Mali o Tanzania para regalar ropa, útiles, pelotas y cubrir demás necesidades de los niños.
"Desde hace un tiempo empecé a pensar más en mi futuro. Antes estaba centrado en tratar de ser un mejor jugador, pero siempre quise compartir lo que recibía. Para eso tengo mi fundación. Y también tengo a mis niñas. Esas son mis prioridades." Así es Federer, el hombre debajo del traje de superhéroe.
Por Sebastián Torok
storok@lanacion.com.ar
Números impactantes
1998 fue el año de su debut en el circuito mayor.
285 semanas no consecutivas estuvo en la cima del ránking; tras perder en los cuartos del último Wimbledon, ante Tomas Berdych, quedó a una semana del récord, que ostenta Pete Sampras.
16 son los Grand Slams que ganó: 6 Wimbledon, 5 US Open, 4 Australian Open y un Roland Garros. Tiene el récord de grandes torneos conquistados.
6 jugadores, en toda la historia del tenis, ganaron los cuatro Grand Slams: Don Budge, Fred Perry, Roy Emerson, Rod Laver, Andre Agassi y Federer.
62 títulos en singles conquistó en su carrera. El máximo ganador es Jimmy Connors, con 107.
1 medalla dorada logró en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, en dobles.
56 millones de dólares embolsó en su carrera.


Bonito reportaje sobre Rog.

Un saludo.

si lo creo eve, nos has dado algo + significativo sobre Roger Federer que una foto de su casa en Basilea...

ev1978 escribió:Roger Federer, los últimos capítulos de un superhéroe

El mejor tenista de todos los tiempos es también un hombre de gran espíritu humanitario. Con su carrera ya enfocada en las etapas finales, el suizo reparte sus energías entre la fundación solidaria, su familia y seguir siendo un ejemplo.


Habrá que descubrir el verde paisaje entre agricultores y ganaderos, a los pies de los Alpes suizos, cual si fuera un óleo de Claude Monet, para comenzar a comprender por qué Roger Federer es como es. La discreción es una condición helvética, una filosofía. Más allá de la acusación de custodiar lingotes de oro alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, Suiza, en general, permaneció al margen de conflictos, con neutralidad, buscando el consenso, aferrada al poder de su cultura y al secreto de su estabilidad bancaria. En Basilea, en el noroeste del país, la concepción es la misma, claro, por más que uno de sus hijos predilectos sea el mejor de la historia en el arte de las raquetas. En la ciudad, a orillas del Rin, resulta una faena prácticamente absurda hallar una calle, un monolito o al menos una plaqueta que haga alarde de dicha bondad. Dicen que los lugareños se encogen de hombros cuando los turistas indagan acerca del hogar de Federer o la escuela donde cursó el primario. Allí, ni se les ocurre comercializar la imagen del maravilloso tenista, por estos días N° 3 del circuito por primera vez desde 2003. Están acostumbrados a vanagloriarse con la algarabía de su carnaval, la trascendencia de su industria farmacéutica o la celebridad de sus arquitectos, matemáticos y cineastas. Sin embargo, Federer rompió los moldes.
Robert, el padre de Roger, creció en Berneck, un pueblo de no más de 3500 habitantes, con dialecto alemán, sumido en un valle. Hijo de un obrero textil y un ama de casa, a los 20 años procuró independizarse y continuó el curso del Rin hasta llegar a Basilea, donde obtuvo trabajo en el laboratorio Ciba-Geigy. Tras un puñado de años, Robert decidió emigrar y, entre otros motivos, producto de las facilidades para conseguir el visado sudafricano, en 1970 se instaló en una de las sedes que la compañía farmacéutica poseía en Kempton Park, un suburbio vecino de Johannesburgo. Una tarde, en la cafetería de la empresa, el muchacho de estatura baja y abdomen fornido quedó encandilado por Lynette Du Rand, una adolescente sudafricana que trabajaba como secretaria. Calmo, pero muy chispeante, al tiempo Robert enamoró a la joven. Juntos, sin que el régimen del apartheid los afectara, vivieron momentos de felicidad, de plenitud. Eran aficionados a los deportes; incluso, solían jugar al tenis en el Club Suizo de Johannesburgo, pese a que ella prefería el hockey sobre césped. En 1973, impulsados por una suerte de hábito nómada de Robert, viajaron a Basilea; allí se casaron y en 1979 nació Diana. Veinte meses más tarde, en la mañana del 8 de agosto de 1981, en el Hospital Cantonal de la ciudad Lynette dio a luz un varón al que llamaron Roger pensando que sería fácil pronunciarlo en inglés.
Un pequeño demonio
La familia de Federer era de clase media. Vivía en una casa modesta, con jardín, en Münchenstein, un barrio periférico de Basilea. Roger, de niño y también en la adolescencia, poco tuvo de esa personalidad principesca que se le pondera hoy. Era muy impulsivo, poco racional. "Cuando no le gustaba algo podía ser agresivo. No podía perder, ni siquiera en los juegos de mesa. Revoleó el tablero en la sala unas cien veces", ha rememorado sonriente el padre. Tampoco le gustaba levantarse temprano ni hacer la tarea del colegio; le costaba concentrarse en clase. Y su hermana, Diana, era víctima frecuente de las travesuras. Sólo lo entretenían los deportes. Jugaba con encanto al fútbol, al basquetbol (Michael Jordan era su ídolo), y se destacó en el hockey sobre hielo, llegando a integrar un seleccionado junior. Claro, además jugaba al tenis, actividad a la que se dedicó de lleno a partir de los 12 años. Durante esos tiempos, se pasaba decenas de horas frente a la TV, atento a los golpes de su referente, el alemán Boris Becker.
Pero, más allá de estar en el ámbito que él mismo había escogido, Roger siguió teniendo un estilo difícil, muchas veces indisciplinado. "Era un chico hiperactivo. Siempre gritaba, hacía bromas... Su buen humor contagiaba a todos, pero recuerdo que arrojaba mucho la raqueta y perdía el control -y se le imponían castigos-. Era poco puntual: llegaba tarde a las prácticas, y había que empujarlo para que se entrenara, porque no era demasiado trabajador y se cansaba rápido; los ejercicios los hacía con más facilidad que otros", describió Paul Dorochenko -uno de los primeros preparadores físicos que moldeó el cuerpo de Federer- en el portal swissinfo.ch .
Preocupados por el comportamiento, Robert y Lynette adoptaron una decisión que finalmente sería acertada: a los 17 años, Roger acudió a un psicólogo deportivo que, en verdad, lo ayudó a controlarse y pasó casi de un extremo a otro, de un carácter explosivo a una compostura señorial. De todos modos, ello no impidió que a lo largo de su carrera Federer volviera a exhibir, aunque con cuentagotas, pizcas de su antigua irascibilidad.
Más allá de la elegante capacidad corporal para manipular a sus rivales, del apabullante sentido de anticipación y lectura del juego, y de la milimétrica exactitud para golpear la pelota, características que lo transformaron en el mejor, Federer intenta escaparle a la condición de estrella. Nunca estuvo envuelto en escándalos similares a los de su amigo Tiger Woods. No fue sospechado por apuestas ilegales ni por doping. Durante los días de certámenes no utiliza chofer; en el último Abierto de Australia, por ejemplo, él mismo conducía, del Melbourne Park a su hotel, una camioneta prestada por la organización. Tampoco está casado con una actriz voluptuosa o una supermodelo de piernas interminables. Durante los Juegos Olímpicos de Sydney, en 2000, Roger, con 19 años, conoció a Mirka Vavrinec, tres años mayor que él, nacida en Eslovaquia y nacionalizada suiza, que llegó a ser 76ª en el circuito de tenis. Ocho años y unos meses después de aquel primer beso, se casaron; la boda fue en secreto y con invitaciones para unos pocos familiares y amigos, "en un precioso día de primavera", según el propio tenista. En julio del año pasado nacieron sus hijas, las mellizas Myla Rose y Charlene Riva. Mirka acompaña a Rotschi -como llama a su esposo- a la mayoría de los torneos y dice que sólo soporta "tanto tenis" porque ella supo conocerlo desde su interior. "No creo que muchas mujeres lo toleraran. Pero mi tiempo vendrá después del tenis; lo sé."
Mirka está en todos los detalles de su marido; desde la relación con los auspiciantes hasta su estética. También, desde hace unos años, lo arrastra hasta la peluquería; el tenista hoy luce un cabello corto y arreglado, pero antes lo exhibía largo, desaliñado y atado con gomitas de colores. Ella también le contagió el gusto por la moda: antes, Federer odiaba vestir de traje y se resistía a los eventos de alfombra roja. En la actualidad, sin embargo, Roger está mucho más pendiente de las prendas que lleva; Trudi Götz, referente de la moda suiza, invita a la pareja todos los años a desfiles en Milán, e incluso Anna Wintour, temible editora de la versión estadounidense de la revista Vogue, es amiga de ambos. A fines de cada temporada, Federer se reúne con diseñadores de Nike, la indumentaria que lo viste, para estudiar y opinar sobre los futuros cortes y colores.
Sabores, voluntades y después...
Durante su adolescencia, Federer atravesó por una etapa vegetarianismo hasta que su coach lo forzó a probar distintos cortes de carne. Con el tiempo, de vacaciones en Tailandia junto con Mirka, descubrió los mariscos y los pescados. Pero confesó haberla pasado "bastante mal" siendo vegetariano, sobre todo en los torneos juniors, donde la variedad gastronómica no abundaba. Hoy es adepto de la comida italiana y la japonesa; también de la suiza, obviamente: la fondue, el rösti (papas freídas con manteca) y el raclette (queso pasteurizado con leche cruda de vaca). Aunque el chocolate blanco lo envicia. Si pudiera, a Roger le gustaría ser músico por un día; toca el piano y baila, según él, "no tan mal". Escucha rock (Metallica, AC/DC), y lo atemoriza la idea de hacer paracaidismo o puenting (deporte extremo en el que uno se lanza desde un puente atado por la cintura con una cuerda elástica). Se afeita todas las mañanas, y no tiene tatuajes ni piercings. Le atrae leer revistas de National Geographic, como también ver películas de James Bond, o con Johnny Depp o Sharon Stone. Ama el calor de Dubai, donde vive junto con su familia durante gran parte del año; cuando no está en el emirato, las montañas suizas o las islas Maldivas lo amparan. En su sitio web ( www.rogerfederer.com ) recibe visitas de todo el planeta. Es fanático del fútbol, admiró al francés Zinedine Zidane y, como hincha del Basilea, varias veces se dio el gusto de participar de picaditos con el grupo de jugadores. Julio Rossi, futbolista marplatense que actuó durante varios años en Basilea y conoció a Roger, contó: "Es un pibe simple, un ejemplo; nunca una palabra de más; jamás se lo vio en boliches. Debe salir, como todos, pero se cuida. Supe que prefiere jugar a las cartas con sus amigos".
El propio Boris Becker, incluso, lo elogió: "Es una persona espectacular, inteligente, culto, siempre está relajado, habla fluidamente varios idiomas (suizo-alemán, francés, inglés e italiano). Es el mejor embajador que existe para el tenis".
Pero la magia de la personalidad de Federer no sucumbe allí. Su curiosidad va más allá, sobre todo en estos días en que su juego parece haber perdido la perfección de aquellas jornadas encantadoras e indefectiblemente, por cuestiones biológicas, los últimos raquetazos serios de su carrera comienzan a acercarse.
Aunque la política no le interesa demasiado, a Federer lo conmueve Nelson Mandela y en 2003 creó una fundación con el objetivo de ayudar a los niños pobres de Sudáfrica, país donde creció su madre. Es Embajador de Buena Voluntad de Unicef desde 2006; fue galardonado con el Premio Humanitario Arthur Ashe por su comportamiento, y hasta tiene un sello postal con su rostro, pero su compromiso supera cualquier distinción: él, en persona, sin desconfianza ni temor a las epidemias, durante etapas de vacaciones viaja a países como Etiopía, Mali o Tanzania para regalar ropa, útiles, pelotas y cubrir demás necesidades de los niños.
"Desde hace un tiempo empecé a pensar más en mi futuro. Antes estaba centrado en tratar de ser un mejor jugador, pero siempre quise compartir lo que recibía. Para eso tengo mi fundación. Y también tengo a mis niñas. Esas son mis prioridades." Así es Federer, el hombre debajo del traje de superhéroe.
Por Sebastián Torok
storok@lanacion.com.ar
Números impactantes
1998 fue el año de su debut en el circuito mayor.
285 semanas no consecutivas estuvo en la cima del ránking; tras perder en los cuartos del último Wimbledon, ante Tomas Berdych, quedó a una semana del récord, que ostenta Pete Sampras.
16 son los Grand Slams que ganó: 6 Wimbledon, 5 US Open, 4 Australian Open y un Roland Garros. Tiene el récord de grandes torneos conquistados.
6 jugadores, en toda la historia del tenis, ganaron los cuatro Grand Slams: Don Budge, Fred Perry, Roy Emerson, Rod Laver, Andre Agassi y Federer.
62 títulos en singles conquistó en su carrera. El máximo ganador es Jimmy Connors, con 107.
1 medalla dorada logró en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, en dobles.
56 millones de dólares embolsó en su carrera.


Bonito reportaje sobre Rog.

Un saludo.

Lo mejor que he leído sobre la personalidad de Roger